Contra la democracia: La única democracia justa es la democracia liberal
Hagamos un repaso del orígen de la democracia, las distintas formas que ha ido tomando durante la historia, y problemas que han tenido, las distintas soluciones que se han ido aplicando. La democracia es algo idealizado, pero que al ser un término tan manoseado puede implicar distintas definiciones, como así ha sido durante toda la historia.
La democracia idealizada de Atenas
La democracia griega, aquella tan idealizada, por ser una democracia directa donde participaban todos los ciudadanos y que algunos catalogan como la democracia más perfecta de la historia. No sería tan perfecta cuando alguien como Sócrates acabó condenado a muerte por una sociedad obnubilada y corrompida por los sofistas; los políticos. Esa idealizada democracia lejos de ser perfecta no permitía ni a los mecetas, ni a las mujeres, ni por supuesto a los esclavos el sufragio. Las mujeres eran meros seres parlantes, y ser ciudadano era algo casi imposible de conseguir a menos que fuese por la arbitrariedad de lugar de nacimiento de uno. Ni que decir el ser hijo de esclavos.
Las elecciones eran algo generalmente amañado por aquellos sofistas de la época – los políticos – los psicópatas de cada época.
Pero fue y desde entonces es, que el diálogo socrático especialmente empleado con inteligencia en la Apología de Sócrates la que servirá para mostrar la ignorancia de los necios, exponer a los sofistas, y el reconocimiento de uno mismo en la sabiduría.
El teorema de imposibilidad de Arrow
Kenneth J. Arrow publicó en 1950 su obra <<Elección social y valores individuales>> en el que introdujo por primera vez el problema de imposibilidad de Arrow, donde afirma expresamente que es imposible diseñar reglas legítimas para las decisiones políticas desde el criterio de la racionalidad cuando más de dos partidos políticos se presentasen como opción a elegir.
Detallando más este problema, expliquemos los tres pilares fundamentales para que exista una democracia real y justa.
- Ausencia de un dictador; es decir, una persona que tenga el poder para cambiar las preferencias del grupo
- La eficiencia de pareto; donde dada una asignación de bienes entre un conjunto de individuos, un cambio hacia una nueva asignación que al menos mejora la situación del individuo sin hacer que empeore la situación de los demás – mejora de pareto -, y pareto-eficiente o pareto-óptima cuando no pueden lograrse nuevas mejoras de pareto. Siendo la eficiencia de pareto una noción mínima de la eficiencia – que no necesariamente da por resultado una distribución socialmente deseable de los recursos -.
- Independencia de las alternativas relevantes; siendo esta una condición que establece que la posibilidad relativa de elegir entre dos opciones no cambiará si se incluye una tercera.
Lo que viene a decir el teorema de imposibilidad de Arrow es que no hay un sistema de voto justo; tomando como justo aquél más racional.
El sistema electoral
Cuando escucho a la gran mayoría de la población quejarse de la Ley D’Hondt – realmente método D’Hondt –, sin conocer ni siquiera una alternativa a esta, me abruma dicho dogmatismo. Cuando uno les pregunta si conocen algún sistema como el método Sainte-Laguë, el cociente Hagenbach, o la cuota Droop, entre otros. y la otra parte se queja en blanco, dice mucho de la poca educación y el victimismo de alguien que se ha quejado pero que no ha puesto un ápice de responsabilidad para buscar una solución seria al problema; – sin nisiquiera por supuesto conocer en detalle la Ley D’Hondt – y eso que estos otros sistemas son las alternativas más importantes. No centraré tampoco en criticar la ignorancia que denota aquellos que piden listas abiertas – en contra de las listas cerradas -, y no entender que lo que realmente sería menos deficiente serían las listas uninominales.
Si hubiesen estudiado al menos una sola alternativa, además del sistema que critican, entenderían que no existe forma de reglar de manera no discriminatoria siempre a alguno de los distintos grupos, se tome el sistema que se tome. Es decir, el sistema que perjudica a unos, beneficia a otros, y viceversa, y no existe sistema que no perjudique nunca a alguna de las partes, ni no beneficie a nunca a alguna de las partes. O dicho de otro modo, no es posible la representar proporcionalmente las distintas opciones del conjunto de los individuos de una sociedad para un grupo más acotado que este, y aunque así lo fuese, seguiría teniendo el problema de Arrow; el cual ya hemos explicado anteriormente, pero el de la proporción de representación se puede visualizar claramente en este ejemplo:
Por simplicidad imaginemos el país X, que sólo tiene 100 personas (n=100), y en el que hay tan sólo 3 partidos políticos A, B, y C.
Las votaciones se contabilizan de la siguiente forma: A = 43, B = 40, C = 17. Este tipo de elecciones se da en muchos países. En este tipo de sistema ganaría el partido A.
Ahora imaginemos que queremos hacer una ronda de desempate entre las dos primeras (estas rondas de desempate es algo que existe en muchos países donde hay segunda vuelta de elecciones después de haber eliminado a las otras opciones), donde los votantes de C se ven obligados a cambiar de voto, los nuevos resultados serían: A = 48, B = 52. En este tipo de sistema ganaría el partido B.
También podemos aplicar un sistema de voto donde se les pidiese a los votantes en la primera ronda que no sólo eligiesen la primera opción, sino también la segunda y la tercera respectivamene, y tendríamos estos resultados:
A= 43 | 10 | 47
B= 40 | 12 | 48
C = 17 | 78 | 5
Con esto podemos ver que el 95% tendrían a la opción C como primera o segunda opción (esto se da en muchos lugares donde los dos partidos se odían tanto que incluirían un tercer partido como segunda opción). Por lo tanto aunque la opción C quizás no sea la más querida, sí es la menos odiada con diferencia. En este tipo de sistema ganaría el partido C.
Por lo que podemos observar con la misma población, con la misma ideología, con tres sistemas equiparables desde el punto de vista limpio en cuanto a las leyes electorales, podríamos tener tres Gobiernos totalmente distintos sin por ello entender ninguno de los tres ni más justo, ni más injusto. Fíjemonos como en las tres metodologías en todas, se ha votado de la misma manera, lo único que ha cambiado es el sistema. Al fin y al cabo el voto es como un embudo; tiene la tarea imposible de reducir todas las opciones a una sola. Les pedimos que muestren a los ciudadanos sus preferencias? o que sean categóricos y que sólo escojan una? según la metodología puede transformarlo todo.
Todo esto se complica mucho más si además se realizan distritos electorales, donde según cada distrito y la acumulación de una de las opciones en algunos de ellos, actuaría como embudos para cada distrito. Pero ello no es todo, que ocurre cuando los distritos tienen distinta población? subyugamos aquellos que tienen poca a la de la mayoría lejana pero concentrada en una capital? o realizamos que el peso tenga menor valor en los distritos más poblados haciendo así que los votos no valgan lo mismo y costando mucho más obtener un escaño en las ciudades más pobladas y dándo más poder a distritos poco poblados donde a su vez haría que los políticos centrasen sus esfuerzos en mejorar la vida de allí desatendiendo a las mayorías que es donde se encuentran las ciudades grandes pero en donde un escaño cuesta mucho más de conseguir?
Imaginemos los siguientes resultados para 10 distritos y asumamos que sólo la opción mayoritaria tiene representación, ni dobles vueltas, ni preferencias, sólo un voto único y categórico:
—— D1 | D2 | D3 | D4 | D5 | D6 | D7 | D8 | D9 | D10 = Total
A = 1 | 8 | 7 | 5 | 6 | 3 | 2 | 6 | 2 | 3 = 43
B = 3 | 3 | 2 | 6 | 3 | 4 | 5 | 4 | 5 | 5 = 40
C = 1 | 4 | 1 | 1 | 1 | 3 | 1 | 2 | 1 | 2 = 17
Gana B | A | A | B | A | B | B | A | B | B
Si nos fijamos el partido A ha conseguido 4 escaños, el partido B ha conseguido 6 escaños (aun teniendo menos votos en total), y el partido C a pesar de obtener el 17% de los votos de todo el país no ha obtenido representación. Este sistema se conoce como distritos uninominales y se da en la práctica totalidad de países. Los escaños se deben al distrito para poder ser reelegidos, y suele generar bipartidismo y dejar fuera a los partidos más pequeños a excepción de los nacionalistas y regionalistas, además de generar mucho voto sin representación. Esto se conoce como sistema mayoritario ya que sólo se representa al más votado de cada distrito. Aquí ganaría el partido B.
Si en cambio se representase en base a la proporción de los votantes sin importar el distrito el sistema se conocería como sistema proporcional. El problema es que no se puede realizar este sistema de manera exacta, ya que si hay 100 votos totales y 10 escaños a repartir, por lo que para obtener un escaño se requeriría 10 votos, por lo que habría que crear un método de reparto y bien dándole los primeros escaños a aquellos partidos más cerca a conseguir el escaño, y no a los que estuviesen más lejos de conseguir el escaño (al fin y al cabo unos estaban más cerca de conseguir el escaño y otros no, y repartirlos en base a lo cerca que se quedaron sería más justo, no?); bienvenido al sistema D’Hondt. Todos los métodos juegan a redistribuir de una u otra manera los votos que no han entrado en el reparto inicial.
Y si para favorecer representación a todos menos al mayoritario, repartimos los votos excedentes del mayoritario entre el resto de fuerzas en proporción en base a lo cerca que se quedaron del siguiente escaño? este sistema perjudica a fuerzas mayoritarias seriamente, potencia a fuerzas intermedias, y elimina a fuerzas más pequeñas, este método se conoce como el método Sainte-Laguë.
El método D’Hondt premia ligeramente a las fuerzas mayores y permite mayor gobernabilidad, mientras que Sainte-Laguë castiga al partido más grande pero permite un partido más diverso con menor gobernabilidad.
Si aumentamos el número de votos – es decir en una población mucho más grande – es posible que se queden fuera y sin representación cientos de miles de votos. O en casos de grupos minoritarios en una zona específica – véase por ejemplo un grupo de indígenas – nadie defendería sus intereses al ser muy pocos, ya que nunca contarían con un escaño. Esto se puede solucionar mediante la elección de más de un escaño por distrito. A esta solución se le conoce como distritos plurinominales. Esta solución implicará que la asamblea tendrá que incrementar su número de representantes, y pasar por ejemplo de 10 a 20 en nuestro ejemplo ficticio, o a varios cientos en cualquier páis real. La cantidad de escaños que demos a cada distrito se conoce como magnitud.
La magnitud es algo muy problematico en un sistema proporcional, dependiendo de si ésta es alta, media o baja. Siendo la baja generando problemas similares al del sistema mayoritario (dejando fuera los votos de demasiada gente). Es decir que si estás en un sistema proporcional y tu distrito aporta pocos representantes a la asamblea, se tiene un problema se use el método que se use.
El número de escaños que demos a un distrito, debe depender de su población, ya que esto reflejará mejor las preferencias según el número de votantes. De esta forma conseguir un escaño costaría el mismo número de votos, para así tener una buena proporción. De no ser así, conseguir un escaño podría costar más del doble en un distrito que en otro fácilmente respecto al distrito colindante. Esto haría que la campaña se haría en aquél distrito que cueste menos, y paradógicamente que tenga menos población. Priorizando la menor parte de la población en detrimento de la mayoría de la población por ser de un distrito más denso. Esto que podría favorecer a minorías de población, a su vez necesariamente favorecerá a los grandes partidos en representación al centrar más esfuerzos en los distritos menos poblados, dejando fuera a los partidos minoritarios más fácilmente. Ésta es una de las razones por las cuales muchos de los países tienen una segunda cámara, llamada Senado. Donde todos los distritos, independientemente de su número de votantes, tienen reservados el mismo número de escaños.
En un sistema mayoritario, se podía identificar claramente a aquellos partidos que habían realizado acciones indeseadas. En cambio, en un sistema proporcional, que es más fiel, es mucho más difícil perjudicar a los múltiples partidos (así como acuerdos entre ellos o coaliciones) por malas políticas, es decir en éste último caso la rendición de cuentas es algo que no estará tan presente. Ya que es difícil sino imposible saber a cuál de los partidos dentro de la coalición se le podría pedir cuentas por estas malas políticas.
Es decir, podemos concluir que todos los resultados reflejan la voluntad de la gente, pero sólo en parte. Además con cualquier método de reparto, estamos cambiando arbitráriamente la intención de voto de muchos ciudadanos.
Listas abiertas y cerradas
Las listas cerradas lo que representan es que si votas a un partido, no puedes modificar tal lista, viene dada por el partido, y por tanto se vota a la lista completa (no a parte de ella), por lo que deberás aceptar que votas a la lista de candidatos sin excepción. En el caso de que el partido tenga suficientes votos para tener un escaño, se lo darán al primero de la lista. Y si consiguen más escaños, a los siguientes, por orden de lista. No pudiendo alterar, el orden en el que saldrán.
Existe también el concepto de listas cerradas desbloqueadas. Pudiendo elegir sólo a aquellos candidatos que coincidan con uno mismo. Si el partido obtiene un escaño, este será adjudicado a la persona de la lista con más votantes. Y los consiguientes escaños así sucesivamente. Este sistema permite a los partidos que les votes, a pesar de que presenten a candidatos que no te gusten, evitando así que cambies el voto a otro partido por no querer a alguno de los miembros de dicho partido.
En listas abiertas, puedes votar a las personas de los partidos que uno desee – y combinar incluso entre distintos partidos -. Tantos como a escaños vayamos a elegir. Los escaños irían a parar a las personas que más votos obtengan, sea del partido que sea. El problema es que dicha lista viene dada por el Presidente del Partido de una u otra manera, ya que si no le es fiel a este, este puede simplemente sacarlos de la lista, y su sueldo va en ello. Por eso no existe democracia dentro de los partidos, sino intereses – y su sueldo va en ello – y de aquí entre otras cosas, surge la ley de la oligarquía de hierro de Robert Michels. De ahí que el poder suela residir en una sóla persona o un pequeño grupo de este partido realmente, y exista una lucha por ese poder. Es por ello por lo que todos los partidos acaban siempre deborando a sus hijos; escisiones, puñaladas entre los políticos de un mismo partido que van ganando notoriedad, y traiciones.
Pero es que además en las listas abiertas se pasa de un voto más sencillo a uno más complejo, ya que necesitas conocer a todos los candidatos de los distintos partidos. Lo que requiere estar extremadamente bien informado. Esto implica que va a votar menos gente. Es decir la rendición de cuentas es a costa de este conocimiento, que obviamente no se da. Algo que el libro de Jason Brennan contra la democracia citaba que había generalmente tres tipos de votantes en mayor o menor medida:
- Hooligans: aquellos forofos que no se informan y que actúan fundamentalmente de manera emocional y poco o nada racional. Son la mayoría.
- Vulcanianos: aquellos votantes extremadamente bien informados que dedican muchas horas al estudio de la política, cada programa, cada candidato, las consecuencias de las distintas políticas, no sólo por su fin, sino también por su medio. Estos son una extrema minoría.
- Hobbits: aquellos que saben no conocer en profundidad las consecuencias de sus actos al votar, por no poder o no querer dedicar el inmenso tiempo que los vulcanianos dedican, pero que tampoco son ni quieren ser hooligans. Se mantienen al margen, ya que son conscientes que sus decisiones tienen implicaciones severas sobre terceros y deciden o no votar, o votar sólo cuando conozcan algunas de las consecuencias. Estos son también una minoría.
Con una sociedad donde los hobbits y los vulcanianos son minoría, unido a los problemas de representación de la ley del embudo, la ley de la oligarquía de hierro, el teorema de imposibilidad de Arrow, y muchas otras razones más (como el incumplimiento sin penalización del partido Gobernante), pactos que redirigen el voto, la democracía no parece ser la solución, ni se le acerca a todos los problemas.
Al fin y al cabo la diferencia entre un sistema mayoritarío y un sistema proporcional sólo prioriza que en uno el embudo conecte a ambos lados con una rendición de cuentas clara de las acciones del partido político gobernante, o que el embudo sea el reflejo fiel de la representación y sus votantes respectivamente. Al fin y al cabo estamos buscando como representar de manera simple millones de votantes con miles de prioridades en un pequeño conjunto de escaños. Por ello aunque la naturaleza humana busque una solución simple, indiscutible y justa; H. L. Mencken dijo que para cada problema complejo existe una solución simple, indiscutible y equivocada.
Diferencias entre voto en blanco, voto nulo y abstención
Vayamos al caso real de España y más concreto al Congreso de los Diputados. El Congreso tiene 350 escaños, de los cuales 36 se escogen en la comunidad de Madrid. En Madrid hay 4.658.367 de electores, al cual hay que restarle 1.036.370 que se han abstenido, 23.313 que han votado nulo. En total hubo 3.598.684 votos válidos. Si dividimos estos votos entre 36 escaños dará que cada escaño cuesta 99.963 votos. La cantidades por la ley D’Hondt se dividirá por cantidades pares (sería impares si empleasemos el método Sainte-Laguë) hasta 36, por los 36 escaños, para así conseguir las 36 cantidades más altas.
En España si no tienes al menos el 3% de los votos (un umbral que tienen muchos países), simplemente no se entra en el reparto de escaños. De los partidos que obtengan más del 3% de votos sólo habría que coger los 36 votos mayoritarios (ya sean estos como primera, segunda opción, etc). Recordemos que el escaño se daría al partido y este se asignaría a la persona por orden de prioridad en dicha lista en la lista cerrada. Sin embargo todos los votos a un partido con más de 99.963 votos pero que no consiguiese el 3% como partido, no se le repartiría el escaño, al estar por debajo del umbral. El 3% son 107.961 votos que se han de tener para poder entrar en el sistema de reparto. Por lo que aquellos partidos con menos de 107.961 votos (menos del 3%) pero con al menos 99.963 votos (lo necesario para conseguir un escaño), se quedarían directamente sin formar parte del sistema de reparto y por tanto sin representación sí o sí.
Ahora bien, si los votos válidos hubiesen sido menos, la barrera del 3% del humbral de entrada, hubiese sido menor. Por eso se dice que el voto en blanco le regala escaños a los más grandes, porque es un voto al que no se le dan escaños nunca pero que como todos los votos válidos sube la barrera en el umbral.
Cuando no coinciden los porcentajes de votos y los escaños, lo llamamos desviación. Por eso algunos partidos están sobrerepresentados y otros infrarepresentados. De hecho casi todos los partidos representados, tienen algo de sobrerepresentación, ya que esta representación es toda aquella que no esta representada entre los partidos por debajo del umbral del 3% y también de los del voto en blanco. Al ser los votos en blanco el equivalente a un partido que nunca ocupará ningún escaño, son votos infrarepresentados (ya que siempre será 0) que se le da a los partidos representados (y por tanto generalmente sobrerepresentados). Esta sobre o infrarepresentación puede tener fácilmente una desviación de más más de un 2% (para magnitudes altas como por ejemplo en Madrid), de casi un 5% de desviación (en provincias con magnitudes medias como por ejemplo La Coruña), o de incluso más de un 26% de desviación (en provincias con magnitudes bajas como por ejemplo Soria). Por ello en las provincias con magnitudes bajas el votar a uno de los dos partidos mayoritarios asegura que sirva para ganar el escaño, y de ahi viene el concepto del voto útil, algo que mucha gente confunde en que se da en cualquier provincia de España, ya que simplemente no saben de lo que hablan.
Con el sistema de reparto de Sainte-Laguë, el partido más votado sería ligeramente infrarepresentado, favoreciendo la no concentración, y sobrerepresentado al resto de partidos. Algo que haría que los partidos más grandes se fragmentasen en dos aunque fuesen realmente unidos de la mano, para así sobrerepresentarse, saliendo esto más a cuenta. Sin embargo, con el sistema de reparto de Sainte-Laguë, los partidos que anteriormente no tenían representación con D’Hondt, se quedarían igual o casi igual, al seguir sin pasar dicho umbral, que es algo que la gente que critica la ley D’Hondt no suele entender. Esto es porque los métodos trabajan para resolver un problema concreto, y son los votos que no dan un escaño completo, de ahí que los escaños fuesen prácticamente los mismos con un sistema que con otro en este caso.
En las elecciones de Madrid del 2016, sólo habría cambiado un escaño en total, pasando el PP a tener uno menos y C’s a tener uno más. El resto se quedaría exactamente igual. Pero es que si probasemos más alternativas como el método Hare, o el método Droop, o la cuota Imperiali, veríamos que en este caso repartiría exactamente como Sainte-Laguë a pesar de tener un funcionamiento distinto. Los métodos de reparto, no son los que distorsionan, sino que está en el número de escaño que repartimos, es decir en la magnitud. Dicho de otra manera; la culpa no la tiene D’Hondt.
Democracia en América
Algunos dicen que la democracia de Estados Unidos es la más perfecta y la única verdadera. Entre ellos son los seguidores de Antonio García-Trevijano y la Junta democrática los que afirman esto. De entrada pretender afirmar qué es y qué no es democracia, cuando es un concepto muy manido y con muchas vertientes es cuanto menos soberbio, si bien es cierto que Estados Unidos tienen en su constitución la esencia de la libertad y contrapoderes muy potentes contra un posible Estado represor, aún siendo este más democrático.
Pero los que afirman que Estados Unidos es la única democracia verdadera del mundo podrían ser refutados fácilmente cuando se les expone los problemas de ésta. Entre otras razones:
- En Estados Unidos el Presidente tiene derecho a veto sobre el poder legislativo.
- En el Tribunal Supremo los miembros son nombrados a dedo.
- El éxito de las campañas políticas dependen en mayor medida de las empresas y el capital inyectado, algo muy cercano sino lo mismo a una plutocracia.
Pero es que la política de exteriores de Estados Unidos sobre terceros países donde la vida de muchos ciudadanos (y muchos civiles inocentes) depende del voto de los ciudadanos de un país ajeno, donde los ciudadanos locales de aquellos países en conflicto no tienen ni voz, ni voto. Ni que decir que durante todo este periodo y ya una vez establecidas las reglas del juego democraticas, siguió existendo la esclavitud, así como la segregación racial.
Todo eso no parece muy democrático, o al menos está lejos de ser una democracia perfecta.
La democracia o es democracia liberal o puede convertirse en la tiranía de la mayoría
La democracia que tiene orígen de griego δημοκρατία, es decir «demo» y «kratia», estos derivados de «demos» (la ciudadanía) y «kratos» (poder), es considerado el poder de la ciudadanía, y para ello ejercer el poder en las decisiones tomadas por tanto de la mayoría de sus ciudadanos. Sin embargo si alguien no era considerado ciudadano (es decir que no entrase en el «demos») esta persona no tendría sufragio. Algo que ya hemos contado al inicio y que ocurría en la democracia de Atenas, pero que en la actualidad el sufragio sigue estando acotado como por ejemplo no es raro que ciudadanos residentes pero extranjeros no puedan ejercer el derecho a voto, o puedan ejercer el derecho a voto en las municipales pero no en las elecciones Presidenciales como ocurre por ejemplo en Finlandia.
En Suiza, una de las democracias más avanzadas del Mundo, sino la que más – con permiso de Lienchestein – hasta que el Tribunal Supremo Federal de Suiza en 1990 aceptase el sufragio para las mujeres, y de manera efectiva no fue hasta el año 1991 que en el cantón de Appenzell Rodas Interiores las mujeres pudieron ejercer el derecho a voto – dos años antes se había ejercido por primera vez en otro cantón – el de Appenzell Rodas Exteriores -, y por supuesto en aquél referendum de 1970 – que estuvo 20 años a la espera de ser efectivo en todo el país – sólo votaron los hombres. Si hablamos de otros lugares que no son ejemplos democráticos, podemos ver como en Emiratos Árabes Unidos tan sólo el 12% de la población tiene derecho a voto, y los criterios para obtener dicho derecho se desconocen. En Brunéi directamente desde el año 1962 nadie tiene derecho a voto en las elecciones nacionales legislativas.
Por ello, muchos de los grandes dictadores, no llegan al poder mediante un golpe de Estado, sino entre aplausos de una mayoría. Por lo tanto qué cosas no se deben votar o legislar? eso es algo que está englobado en el derecho natural, explicado al final de este ensayo.
La ley de la oligarquía de hierro
La ley de hierro de la oligarquía es una teoría política desarrollada por el sociólogo Robert Michels en su libro de Los Partidos políticos. En esta teoría afirma que el gobierno de una élite, u oligarquía, es inevitable como una ley de hierro dentro de cualquier organización democrática como parte de las necesidades tácticas y técnicas de la organización.
La teoría de Michels establece que todas las organizaciones complejas, independientemente de cuán democráticas sean cuando comenzaron, eventualmente se convierten en oligarquías. Dado que ninguna organización lo suficientemente grande y compleja puede funcionar puramente como una democracia directa, el poder dentro de una organización siempre se delegará en individuos dentro de ese grupo, elegidos o no.
Michels abordó la aplicación de esta ley a la democracia representativa y afirmó que <<quien dice organización, dice oligarquía>>. Todas las organizaciones finalmente llegan a ser dirigidas por una clase de liderazgo, que a menudo funcionan como administradores pagados, ejecutivos, portavoces o estrategas políticos de la organización. Lejos de ser servidores o representantes de las masas, Michels argumenta que esta clase de liderazgo, en lugar de los miembros de la organización, inevitablemente crecerá para dominar las estructuras de poder de la organización. Al controlar quién tiene acceso a la información, quienes están en el poder pueden centralizar su poder con éxito, a menudo con poca rendición de cuentas, debido a la apatía, la indiferencia y la falta de participación que la mayoría de los miembros de base tienen en relación con los procesos de toma de decisiones de su organización.
El objetivo oficial de la democracia representativa de eliminar el gobierno de la élite es imposible, ya que la democracia representativa es una fachada que legitima el gobierno de una élite en particular, y que el gobierno de la élite, que es realmente una oligarquía, es inevitable.
Índice de las democracias del Mundo
El índice de democracia es una clasificación hecha por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU por sus siglas en inglés), a través de la cual se pretende determinar el rango de democracia. El índice democrático es un promedio ponderado, basado en las respuestas brindadas a un cuestionario comprendido por unas 60 preguntas; de las que 4 son claves y determinantes y tienen por lo tanto un mayor peso en la metodología:
- Si las elecciones nacionales son realmente libres y justas
- La seguridad personal de los votantes
- La influencia de potencias extranjeras en el gobierno
- La capacidad potencial de un funcionario civil de implementar políticas
El índice de democracia resultante, redondeado a un decimal, decide la categoría del país de la siguiente manera:
- Democracias plenas: Entre 8 y 10 puntos
- Democracias deficientes: Entre 6 y 7.9 puntos
- Regímenes híbridos: Entre 4 y 5.9 puntos
- Regímenes autoritarios: Menos de 4 puntos
Aún con todos los peligros que pueda conllevar la democracia, tenderá a ser mucho mejor que los sistemas totalitarios de partido único, dictaduras y teocracias. De esta lista los 20 primeros países o más democráticos serían:
Y los 20 últimos países o menos democráticos serían:
No es casualidad que los países más democráticos sean los más capitalistas y los menos democráticos sean los más socialistas – ya sea esta en su forma de modelo de producción económica o en su forma de Gobierno -.
El derecho natural
Por todo ello podemos concluir que la democracia o es liberal o no es completa. Entendiendo como democracia liberal aquella en la que el sujeto de derecho es el individuo, y no el grupo – sea este por distrito, por provincia o cualquier otra acotación regional -. Simplemente hay cosas que nadie debería decidir sobre un tercero, y para ello existe el concepto de derecho natural – tambien conocido menos comunmente como derecho prepolítico -, entre los cuales estarían aquellos principios básicos que establecen el órden liberal. Para entender la lógica y argumentos de estos hay que estudiar el Iusnaturalismo y que agrupa al conjunto de teorías sobre el derecho y la justicia – que no hay que confundir con las leyes – <<ya que estas dependen de la arbitrariedad de un burócrata, el legislador>>.
John Locke, padre del liberalismo filosófico mencionó que existen tres derechos naturales:
- La vida: toda persona tiene derecho a vivir.
- La libertad: toda persona tiene derecho a hacer lo que quiera mientras no entre en conflicto con el primer derecho. Por extensión: libertad de expresión, libertad de acción <<u obrar>>, y libertad de reunión <<tanto asociación como desasociación>>.
- La propiedad privada: toda persona tiene derecho a poseer todo lo que crea o gana mediante donación o comercio, siempre que no entre en conflicto con los dos primeros derechos.
Todos estos derechos estarían englobados en derechos negativos o no interferencia es decir: un derecho negativo es un derecho a no estar sujeto a una acción de otra persona o grupo, como un Gobierno, que generalmente ocurre en forma de abuso o coerción.
Referencias
- Derecho, legislación y libertad de Friedrich Hayek
- Democracia en América de Alexis de Tocqueville
- El espíritu de las leyes de Montesquieu
- El contrato social de Jean-Jacques Rousseau
- El Leviathan de Thomas Hobbes
- Las cartas de Adams-Jefferson de John Adams y Thomas Jefferson
- Teoría constitucional de Carl Schmitt
- Los partidos políticos de Robert Michels
- Una teoría de la justicia de John Rawls
- La vida de la razón de George Santayana
- El Federalista de Alexander Hamilton
- Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln de Doris Kearns Goodwin
- Contra la democracia de Jason Brennan
- La República de Platón
- Ensayo sobre la tolerancia de John Locke
- Tratados sobre el gobierno civil de John Locke
- Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos de 1689, contribuciones de John Locke